¡°El Templo Mayor cambi¨® la cara de Ciudad de M¨¦xico¡±
Leonardo L¨®pez Luj¨¢n y Eduardo Matos Moctezuma, los dos responsables del gran hito arqueol¨®gico del M¨¦xico moderno hablan con EL PA?S sobre vocaciones precoces, revisionismo hist¨®rico y el feliz hallazgo de la Coyolxauhqui
Acostumbrados a pensar en el pasado remoto, los arque¨®logos viven ahora pendientes del futuro cercano, el momento de volver al trabajo de campo si la pandemia lo permite. Hace m¨¢s de un a?o que el virus detuvo la actividad en todo el pa¨ªs, tambi¨¦n en el subsuelo, guarida del pasado. Las excavaciones en el Templo Mayor de la vieja Tenochtitlan no han sido la excepci¨®n. ¡°Ojal¨¢ podamos volver pronto¡±, dice Leonardo L¨®pez Luj¨¢n, director del proyecto arqueol¨®gico.
Es una ¨¦poca extra?a. Mientras el Templo Mayor exhala quietudes, su envoltorio urbano se prepara para un mes de festejos. El 13 de agosto, Ciudad de M¨¦xico conmemora 500 a?os de la ca¨ªda de la capital azteca a manos de los espa?oles y sus aliados, la ¨²ltima efem¨¦ride de una larga serie iniciada hace algo menos de dos a?os, cuando se cumpli¨® el quinto centenario de la llegada de Cort¨¦s y los suyos a la ciudad.
El Gobierno de la capital ha preparado una serie de eventos y actividades, como la instalaci¨®n de una maqueta de 14 metros del Templo Mayor en el Z¨®calo, con escaleras y dos capillas dedicadas a sus dioses rectores. Al predecesor de L¨®pez Luj¨¢n en la direcci¨®n de las excavaciones del Templo Mayor, Eduardo Matos Moctezuma, el programa de festejos le resulta un tanto desconcertante. ¡°La solicitud de perd¨®n al rey Felipe VI, la colocaci¨®n de esta maqueta o el cambio de nombre de calles y dem¨¢s forman parte de una visi¨®n un poquito chabacana de la historia¡±, dice.
En conversaci¨®n con EL PA?S v¨ªa zoom, los dos repasan su trayectoria, los hitos del proyecto Templo Mayor y el revisionismo hist¨®rico en el que, a su juicio, vive inmerso el pa¨ªs.
Pregunta. ?Qu¨¦ ha significado el Templo Mayor para la ciudad y el pa¨ªs?
L¨®pez Luj¨¢n. Cambi¨® la cara de la ciudad, o al menos del centro. Desde los a?os 50, el centro sufr¨ªa un proceso enorme de degradaci¨®n, porque la gente adinerada dej¨® de vivir ah¨ª y se fue al oeste de la ciudad. Luego se mudan los centros de ense?anza, la UNAM, por ejemplo. Y el mercado de La Merced se fue a la central de abasto, en Iztapalapa. El centro se convirti¨® en bodegas y moradas de renta congelada, que hizo que las vecindades se deterioran mucho.
Todo esto se revirti¨® en buena medida gracias al Proyecto Templo Mayor. Porque tuvo como efecto la creaci¨®n de una zona de monumentos, en 1980, nueve kil¨®metros cuadrados con 1.500 monumentos. Y luego, en diciembre de 1987, el Centro Hist¨®rico y Xochimilco son nombrados patrimonio de la humanidad por la Unesco. Eso ¨²ltimo caus¨® una reacci¨®n en cadena. Se empez¨® a valorar el Centro Hist¨®rico, empezaron a edificarse museos, colindantes al Templo Mayor y la iniciativa privada empez¨® a comprar y restaurar casas, igual que el Gobierno local. Ahora, la gente dedica tiempo para ir a pasear. Antes, con suerte, la gente iba a comprar. Al final es el Centro Hist¨®rico m¨¢s importante del continente americano, por la concentraci¨®n de monumentos y su recorrido, desde ¨¦poca prehisp¨¢nica.
Matos Moctezuma. El Templo Mayor fue un detonante. Cambio muchas cosas. Incluso, antes no se usaba el t¨¦rmino de Centro Hist¨®rico. Se dec¨ªa centro. Pero a partir de la declaratoria por medio de la cual se protegen todos los monumentos coloniales, prehisp¨¢nicos, se denomina Centro Hist¨®rico.
P. M¨¦xico inicia el rescate del Templo Mayor en 1978, tras el hallazgo fortuito de una piedra enorme, donde viene labrada una deidad importante, la Coyolxauhqui, ?qu¨¦ significaba entonces el pasado prehisp¨¢nico, c¨®mo se interpretaba, c¨®mo lidiaba con ¨¦l la sociedad mexicana?
L¨®pez Luj¨¢n. M¨¦xico era un pa¨ªs emergente por entonces. La riqueza del pa¨ªs se basaba en la extracci¨®n y procesamiento de petr¨®leo. Alg¨²n pol¨ªtico lleg¨® a decir que ¨ªbamos a administrar abundancia. Durante todo ese periodo, la arqueolog¨ªa jugaba un papel central en la pol¨ªtica, contribu¨ªa a cuestiones identitarias y de orgullo nacional, y reforzaba la idea de que los mexicanos ten¨ªamos unas ra¨ªces vigorosas, largas. Esto complementaba el concepto de naci¨®n, de identidad ¨²nica, que hab¨ªan propagado Jos¨¦ Vasconcelos, Octavio Paz y dem¨¢s intelectuales.
En todas las ideolog¨ªas, en todas las ¨¦pocas, la arqueolog¨ªa tiene esa dimensi¨®n. Recuerda las excavaciones de Mussolini en el puerto de Ostia, las de Hitler en Hallstatt, de donde aparece un sitio arqueol¨®gico de la edad de hierro. O las de Hussein en Babilonia, de Jefferson en Virginia o de Nasser en Egipto...
Matos Moctezuma. Eso me hace recordar la cr¨ªtica que hizo Octavio Paz del aztequismo, en referencia al Museo Nacional de Antropolog¨ªa. El Museo [inaugurado en septiembre de 1964] est¨¢ hecho en dos alas, pero al fondo, con doble techo, cosa que no tienen las otras salas, tenemos la cultura mexica o azteca. Y al fondo de la sala se ve la piedra del sol, casi como en un altar.
Este aztequismo deviene del momento de la independencia, cuando los insurgentes buscaban s¨ªmbolos que los uniera al mundo prehisp¨¢nico, negado por Espa?a. Y acuden al s¨ªmbolo mexica del ¨¢guila parada sobre el nopal [mito fundacional de Tenochtitlan], s¨ªmbolo que queda en la bandera y el escudo nacionales. Ese cord¨®n umbilical que une la rep¨²blica naciente al mundo prehisp¨¢nico se basa en lo mexica. Hasta el punto en que el pa¨ªs se acaba llamando M¨¦xico.
L. L. S¨ª. Paz escribi¨® un libro corto, Posdata, continuaci¨®n de El Laberinto de la Soledad, donde hace ese an¨¢lisis del Museo, muy cr¨ªtico. El museo apenas ten¨ªa cuatro a?os y ¨¦l dice que el Gobierno tiene una visi¨®n centralista a partir de la distribuci¨®n del museo. Y enlaza a los tlatoanis y los virreyes con los presidentes de esa ¨¦poca del PRI.
P. Otro hallazgo fortuito de otra piedra enorme marca el momento fundacional de la arqueolog¨ªa mexicana. Hablo de la Cuatlicue, rescatada del subsuelo del Z¨®calo el 13 de agosto de 1790. ?Por qu¨¦ pas¨® tanto tiempo hasta que los gobernantes decidieron rescatar el Templo Mayor?
M. M. Fundamentalmente porque estamos en un medio urbano. A veces solo puedes ver el pasado gracias a las obras. Eso limita. Ciudad de M¨¦xico es una capa de concreto que encierra el pasado y hay que aprovechar los momentos que nos dan las obras. La distancia entre ambos hallazgos obedece a que dependemos de las obras p¨²blicas, que nos permiten allegarnos a ese pasado.
L. L. Cuando es m¨¢s activa la obra p¨²blica en Ciudad de M¨¦xico hay hallazgos. En la ¨¦poca de Revillagigedo -virrey de finales del siglo XVIII- as¨ª ocurre. Pero ha ocurrido m¨¢s adelante. La excavaci¨®n que document¨® Leopoldo Batr¨¦s en 1900. Tambi¨¦n con Manuel Gamio unos a?os m¨¢s tarde y luego claro, las l¨ªneas uno y dos del metro, en los 60. Tienes que pensar que la Coyolxauhqui sali¨® tambi¨¦n por una obra p¨²blica. Y la Tlaltecuhtli, durante la construcci¨®n de un museo.
P. Otro 13 de agosto, pero de 1521, ca¨ªa finalmente Tenochtitl¨¢n. Y ahora, 13 de agosto de 2021, se conmemora este evento. ?C¨®mo sienten esto ustedes, dos personas acostumbradas a lidiar con una forma l¨ªtica del pasado y no tanto pol¨ªtica?
M. M. Hemos tomado posiciones sobre lo que ha ocurrido desde hace dos a?os y pico, con relaci¨®n a una serie de ceremonias, cambios de nombre a calles, etc¨¦tera. Incluso se plantea que ahora en agosto va a poderse visitar una maqueta de 14 metros del Templo Mayor en el Z¨®calo. Son ideas del Gobierno de Ciudad de M¨¦xico. Hay muchos desprop¨®sitos que se est¨¢n llevando a cabo por un mal entendimiento de la historia. El colmo fue cuando se manej¨® en los m¨¢s altos niveles del Gobierno de M¨¦xico la fecha de 1321 como fundaci¨®n de Tenochtitlan, para que empatara con todos la ca¨ªda de la ciudad en 1521, la independencia en 1521 y ahora, 2021. Qu¨¦ maravilla, ?no? No importa tergiversar la historia con tal de conseguir eso. Claro, muchos nos hemos indignado: una ciudad no surge por decreto, son procesos largos. Y 1321 no es un a?o mencionado como fundaci¨®n de la ciudad, sino 1325.
L. L. Lo que hemos vivido en los ¨²ltimos dos a?os y medio es un proceso en el que la ciencia y la cultura han sido puestos a un lado. En el caso de la historia, es interesante como se ha vuelto a explicaciones decimon¨®nicas, negando avances de generaciones de especialistas. Han tomado mucho impulso visiones de aficionados, que tienen perspectivas neonativistas y new age. Eso es claro. Se ha desplazado a la ciencia y su lugar ha sido ocupado -hablo de asesores en los puestos m¨¢s altos del Gobierno- por este grupo de aficionados con estas perspectivas.
Por los recortes, el Gobierno mismo se ha atado de manos y no hay dinero m¨¢s que para recurrir a performances, como la maqueta esta de tablarroca del Z¨®calo, monumento ef¨ªmeros, eventos perecederos. Estas acciones ef¨ªmeras, que no dejan huella, encuentran su ant¨ªtesis en aquella gloriosa inauguraci¨®n del Museo de Antropolog¨ªa en 1964, en el Gobierno de L¨®pez Mateos. No estoy idealiz¨¢ndolo, fue un momento de represi¨®n, pre¨¢mbulo del 68, pero se crearon grandes museos, bibliotecas, se establecieron instituciones¡ Es muy triste, m¨¢s viniendo de un Gobierno que pretende pasar a la historia. Con acciones como las que plantean no quedar¨¢ nada tangible.
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